él

no creía en el gesto,
ni en el medio, ni en el resultado
pero creía que
ni la casa, ni la cama,
ni el taller, ni el garaje, ni la ropa,
ni el cuerpo
seguían haciéndolo existir todo
eso a lo que (se) dejó
de asistir
convirtiendo la función,
la representación, la obra
en un teatro cruel
extirpado de la intimidad

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: