ahora me gustaría arder siete días seguidos en fuego pero voy adaptándome al ritmo de los mortales
ya no cojo un taxi los martes a mediodía para no comer
no escribo poemas ni leo
ya no escupo tendida sobre el asiento de atrás del coche abriendo la puerta
con una mano, en la cuneta
ya no escribo poemas no falta nada
antes estaba de vez en cuando y cuando faltaba se le escribía
ahora no y no sé que hacer con el fuego o lo hago demasiado
madura demandas levanta proyectos escribe textos es mutualista
arde luego hace desaparecer, es por eso que todos se han ido, que ella no